“Temporada de inicio lento en la toma de azúcar y madurez fenólica. Las buenas temperaturas y clima favorable permitieron alcanzar puntos de cosecha óptimos, con grados alcohólicos bajos, buen color y gran calidad en variedades bordelesas.” 

Abundantes lluvias invernales marcaron la temporada con episodios de hasta 200 mm por evento. Los suelos fríos y saturados, junto a una fría primavera, causaron un retraso en la fenología de la planta, con peaks radiculares y actividades metabólicas tardías. 

Las cuantiosas lluvias permitieron comenzar con las reservas de agua en su máxima capacidad, lo que permitió iniciar el riego al menos un mes más tarde de lo habitual, pues el desarrollo vegetativo fue lento. Un inicio de temporada calmo, que con el tiempo mostró buenos vigores y menor requerimiento de fertilización.  

Maduración lenta, con estado fenológicos prolongados que retrasaron la vendimia dando como resultado vinos de bajo grado alcohólico en algunas variedades como Merlot y Malbec. Los niveles productivos alcanzados fueron ampliamente satisfactorios en el global. 

Precipitaciones 

Con un total de 891 mm (junio a mayo), distribuidos principalmente en invierno y primavera (750 mm entre junio y octubre), esta ha sido la temporada más lluviosa en los últimos 10 años, acumulando un 60% más de precipitaciones que la temporada anterior (451 mm), siendo casi el doble. Los beneficios de un año lluvioso en general se traducen en una mejor condición de vigor y buenas producciones.  

Temperaturas Medias 

En el global (octubre a abril), un 3% menor al histórico, con una primavera más fría (-8%), un verano casi igual al histórico (-1%), lo mismo en otoño (-1%). El efecto de la primavera fría pudo notarse en las cuajas irregulares de cuarteles masales de Carmenere y Malbec principalmente. 

Acumulación Térmica (DGG) 

La acumulación térmica fue un 7% menor respecto al histórico, 1.630 vs 1.752 días grado (DGG). Fue una temporada en la cual, si bien al analizar las temperaturas y evapotranspiración potencial se evidencia una diferencia contra los datos históricos, en este parámetro es indudable el efecto de año

frío, con un 24% menos de acumulación en primavera, un 4% menos en verano, y un 2% mayor en otoño, influenciado por un marzo ligeramente más cálido.  

El efecto de la menor y más paulatina acumulación térmica se tradujo en un retraso de los estados fenológicos, con mayor duración de estos, una pinta muy larga y por supuesto en una lenta maduración, con grados alcohólicos menores a cosecha respecto a misma fecha en años anteriores.  

La cosecha culminó a mediados de mayo con la variedad Carmenere y, en general, la uva se mostró con un excelente estado sanitario, permitiendo una cosecha a ritmo moderado/lento que facilitó las labores de bodega y permitió vinificaciones óptimas para cada variedad y calidad.  

En general los vinos se muestran expresivos, con una compleja intensidad aromática, rica concentración y taninos suaves que marcan la elegancia de la temporada. Sin duda, el año 2024 estará marcado por vinos de excelente tipicidad varietal, equilibrio en boca y gran capacidad de guarda.

Descargar: Reporte de Vendimia Viña Caliterra 2024